Trinidad Lucea

Ilustración del poema 'CAPERUCITA ROTA''

CAPERUCITA ROTA

Cruzar el bosque
nunca fue una buena idea.
La bestia ni siquiera
esperó a terminar el cuento,
devoró y arrolló, golpeó
más allá de la linde del verde bosque.

En la mesa del forense
yace el cuerpo de la chica;
carne, huesos y tela roja.
¿Y la abuela?
La abuela consuela a la madre.
¿Y la madre?
La madre consuela a su corazón,
se lo han arrancado.
Retuerce un kleenex
con las manos temblando,
llora.

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